Gobierno de mujeres
Imaginemos que es el año 2023 y que se acaban de reformar
todas las leyes electorales del país, con el objeto de que en el año 2024 todos
los partidos políticos estén obligados a postular únicamente mujeres a todos
los cargos de elección que se renovarán en dicho proceso electoral: Presidencia
de la República, la mayoría de las gubernaturas -entre ellas Jalisco-,
alcaldías en más de dos mil municipios y cerca de un millar de curules en el
Congreso de la Unión y en los congresos locales.
En otras palabras, en este hipotético escenario, a partir de
las elecciones del año 2024 seríamos gobernados única y exclusivamente por
mujeres en la mayoría de las entidades federativas y, además, por consecuencia
tendríamos la primera presidenta del país, la primera gobernadora de Jalisco,
la primera Cámara de Diputadas, etc.
Sin duda alguna ello representaría un hecho histórico no
solo para nuestra nación, sino para prácticamente todo el Planeta, pues no
tengo registro de que haya existido en la historia de las democracias un
gobierno de elección integrado solamente por mujeres.
Cabe precisar que el escenario opuesto, es decir, gobiernos
integrados exclusivamente por hombres en todos sus niveles de gobierno, se
presentó ya durante muchas décadas en nuestro país y durante milenios en la
historia moderna de la humanidad, por lo que de entrada no debiera
sorprendernos la posibilidad de lo contrario.
Aunado a lo anterior, un gobierno de mujeres podría ser
interpretado o considerado como un pago a la llamada deuda histórica que existe
con las mujeres, producida por los abusos políticos cometidos en su contra por
los hombres durante los cerca de dos siglos en los que fueron excluidas casi
totalmente de la participación política y económica en nuestro país.
Es evidente que muchas personas no estarían de acuerdo con
esta reforma argumentando que se trata de una ley muy feminista, injusta,
inequitativa y discriminatoria en contra del sexo masculino, pues excluiría a
los varones de participar como candidatos en la totalidad de los cargos de
elección del año 2024.
Argumentarían, tal vez, que las mujeres todavía no están
preparadas para ocupar la totalidad de los puestos de elección o quizás dirían
que no se oponen a que tengamos un gobierno conformado solo por mujeres, pero
que lo justo sería que se lo ganaran en las urnas compitiendo en igualdad de
circunstancias con candidatos hombres.
Los promotores de la reforma, por su parte, la defenderían
señalando que es un paso indispensable para lograr la igualdad entre los sexos
y para contrarrestar el sesgo patriarcal que existe en nuestro país.
También señalarían que únicamente se trata de una acción
afirmativa de carácter transitorio, ya que, de acuerdo a la propia reforma, en
el año 2030 se volvería al esquema de cuotas de género que garantizará de nuevo
una participación paritaria entre mujeres y hombres en las candidaturas a los
diversos cargos de elección.
¿Cómo y qué tanto cambiaría el país en un sexenio con un
gobierno de mujeres?; ¿Habría un uso más responsable de los recursos públicos?;
¿Habría un mayor respeto por los Derechos Humanos?; ¿Habría mejoras
sustanciales en la forma de luchar contra la violencia y las injusticias contra
las mujeres?; ¿Cuáles temas novedosos u olvidados traerían a la agenda
pública?; ¿Ayudaría a erradicar la cultura machista y a equilibrar las
diferencias históricas entre mujeres y hombres?, ¿Se saldaría la “deuda
histórica” que se tiene con las mujeres de este país?
Las respuestas a estas preguntas las desconozco, pero la
hipótesis que hoy presento es para generar una reflexión seria sobre la
importancia de las cuotas de género, en primera instancia, pero también sobre
la importancia de impulsar otro tipo de mecanismos de largo plazo que ataquen
de fondo el problema de la desigualdad. Mecanismos que permitan una mayor
participación orgánica de las mujeres no solo en la política, sino también en
el ámbito económico, laboral, social y cultural, que eventualmente generen
condiciones para que algún día sí podamos llegar a tener un gobierno de
mujeres, pero sin necesidad de imponerlo desde la Ley.
@chavaromero
Comentarios
Publicar un comentario