Dame tu CURP
Por: Salvador Romero Espinosa (@chavaromero)
El día de ayer
se volvió tendencia en Twitter el hashtag de #CURP, acompañado de una gran variedad de memes
relacionados con jóvenes exigiéndoles a sus padres de entre 50 y 59 años de
edad les entregaran su Clave Única de Registro de Población (comúnmente
conocida como CURP), con el objeto de registrarlos en el portal
de vacunación de la Secretaría de Salud federal, como requisito previo
a la eventual aplicación de la vacuna contra el COVID19.
La CURP nació en México el 23 de octubre de 1996, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo mediante el cual se establecía su objeto de creación y sus reglas de implementación a través de 15 artículos que siguen vigentes hasta la fecha, teniendo características que me parece importante destacar:
1. Lleva implícitos datos personales de manera no codificada y fáciles de identificar para cualquiera que tenga acceso a dicha clave, tales como: Las primeras dos letras de tu primer apellido, la primera letra de tu segundo apellido y la primera letra de tu primer nombre; tu fecha de nacimiento; tu sexo; tu entidad federativa o país de nacimiento; y la primera consonante interna de tus apellidos y nombre.
2. La asignación, administración y resguardo de la base de datos de las CURPs corresponde a la Secretaría de Gobernación, a través de la Dirección General del Registro Nacional de Población e Identificación Personal.
En ese contexto, al revisar el Aviso de Privacidad descargable desde el
portal de vacunación se desprende que supuestamente la Secretaría
de Salud es la responsable del tratamiento de datos personales que se
proporcionen para el registro de candidatos y confirmación de citas para la
vacuna, sin embargo, de dicho registro llaman mi atención cuatro cuestiones muy
delicadas.
En primer lugar, el referido Aviso señala que “se transferirán sus
datos personales al Registro Nacional de Población de la Secretaría de
Gobernación a efectos de acreditar la identidad de los registros que obren en
sus bases de datos”. Esto no tiene ningún sentido, porque el RENAPO ya
concentra todas las CURPs del país y, por consecuencia: ¿para qué querría
recibir información que ya tiene en su poder?
En segundo lugar, porque si el
programa de vacunación es universal para todos los mayores de edad de nuestro
país, no tiene sentido ni me parece necesario un registro previo, bastaría con
que te presentaras con tu identificación a vacunarte y que en ese momento te registren
en la base de datos de la RENAPO como “persona vacunada” y punto.
En tercer lugar, porque producto de diversas solicitudes de información tengo en
mi poder diversos documentos públicos que señalan que la verdadera responsable
de administrar y controlar la base de datos derivada del portal de vacunación,
no es la Secretaría de Salud sino la Secretaría del Bienestar (sí, la misma
encargada de los programas sociales del gobierno federal), por lo que el Aviso
de Privacidad ilegalmente nos engaña completamente a los usuarios.
En cuarto lugar, porque además de
tu CURP te solicitan más datos personales como dos números telefónicos y dos
correos electrónicos de contacto, supuestamente para avisarte la fecha en la que
te toca la vacuna, lo cual resultaría imposible en un esquema de vacunación
universal (¿100 millones de llamadas y citas?) y, por si fuera poco, no prevé
periodo de conservación de los datos, ósea que se podrían quedar con tus
datos personales por toda tu vida.
En conclusión, considero que el
portal de vacunación está violando nuestro derecho humano a la protección de
datos personales, porque no cumple con los principios que prevé la Ley General
en la materia, toda vez que están recabando y tratando una enorme cantidad de
datos personales, para generar una base de datos que contendrá una importante
cantidad de información de cada persona que se haya registrado para la vacuna,
sin que en mi consideración exista ninguna justificación ni proporcionalidad
razonable para crearla.
Una base de datos que concentre
los CURPs, teléfonos y correos electrónicos de todas las y los mexicanos
mayores de edad es sumamente valiosa para muchísimos fines (e.g. comerciales,
delictivos, mercadotécnicos y, por supuesto, político-electorales) y el solo
hecho de generarla representa muchos riesgos para todos quienes estemos en ella,
por lo que no encuentro sentido a exigir esos datos a cambio de una vacuna a
menos, por supuesto, que pretendan utilizarse para fines distintos a los
establecidos en el programa.
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