¿Fue un accidente?
Por: Salvador Romero Espinosa (@chavaromero)
El día de ayer fue tendencia en Twitter la frase “no fue accidente” en
relación con el desplome de una parte de la estructura sobre la cual iba
circulando uno de los trenes de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México,
provocando hasta el momento 33 decesos confirmados.
Tradicionalmente se entiende como “accidente” aquella situación o suceso inesperado
y eventual que altera el orden de las cosas, normalmente para perjudicar o empeorar
dicho orden (aunque también se puede hablar de un “afortunado accidente”); sin
embargo, en el caso del desplome del lunes por la noche, es difícil pensar que
el evento era impredecible o inesperado.
En ese sentido, ojalá se haga una investigación seria, pública y
transparente, de cara a la sociedad, para deslindar responsabilidades y se
sancione a todas las y los responsables de esta tragedia, que seguramente deben
de ser muchas y muchos, especialmente tomando en cuenta todos los antecedentes,
advertencias y denuncias que precedieron este colapso, desde su misma
construcción, pero particularmente desde el sismo del año 2017.
Desgraciadamente desde ayer están circulando ya imágenes de grúas moviendo
los vagones colapsados, lo cual es el equivalente a tocar, alterar y modificar
la escena del crimen antes de que lleguen los peritos y forenses a realizar los
levantamientos de evidencia correspondientes, así que no nos sorprenda que en
algunos años nos enteremos que faltaron elementos para determinar con toda
precisión las causas reales del “accidente”.
SOS Colombia
Me parecen escalofriantes, indignantes y difíciles de asimilar las imágenes
y videos que circulan en las redes sociales sobre los acontecimientos de los
últimos días en Colombia, donde incluso puede apreciarse el asesinato a sangre
fría de civiles desarmados por elementos de seguridad pública a bordo de
motocicletas, los disparos a personas manifestándose en balcones o camiones llenos de gente a los que disparan gases lacrimógenos, entre muchos otros actos de increíble
crueldad.
Los números que circulan también son terribles y condenables, pues se habla
ya de hasta 31 asesinatos a sangre fría, 77 heridos de bala, 10 víctimas de
violencia sexual, 21 víctimas de agresión contra sus ojos, 814 detenciones
ilegales y 1443 casos de abuso policial (@TembloresOng).
En ningún estado democrático debería de tolerarse este tipo de represión y
homicidios en contra del pueblo, pues es responsabilidad de quien gobierna
respetar, antes que cualquier otra cosa, los derechos humanos de todas y cada
una de las personas, independientemente de su postura ante cualquier tema de la
agenda pública, máxime que de las imágenes y videos que circulan, no se percibe
evidencia de manifestaciones violentas que pudieran poner en riesgo la vida o
seguridad de otras personas.
Esperemos que el presidente y las autoridades colombianas rectifiquen su
actuar, y aunque es evidente que ni las vidas ni los daños físicos y
psicológicos generados a las víctimas de abusos policiacos se puedan recuperar,
lo más es importante en estos momentos es que ya no haya más violencia contra
las y los manifestantes.
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