Derecho a la Información en Reclusión
Por: Salvador Romero Espinosa (@chavaromero)
Recientemente
tuvimos oportunidad de visitar en dos ocasiones el Centro de Readaptación
Femenil de Puente Grande, Jalisco, el personal del Instituto de Transparencia
Jalisciense (ITEI), encabezados por el comisionado Pedro Antonio Rosas
Hernández y quien esto suscribe, para dar a conocer a las alrededor de 400
mujeres privadas de su libertad que ahí residen, sus derechos fundamentales de
acceso a la información y a la protección de sus datos personales, como parte
del Plan DAI del INAI, concebido para socializar y promover estos derechos
entre las personas más vulnerables de nuestra sociedad.
Fueron
muchos meses de preparación los que nos tomó el que tuviéramos todo listo para poder ingresar al reclusorio femenil, pues tuvimos que integrar un grupo
multidisciplinario comprometido con esta causa (llamado “Red Local de
Socialización”) y además solicitar e involucrar a las autoridades
penitenciarias de la Secretaría de Seguridad del Estado de Jalisco para que
pudiéramos ingresar a las instalaciones del centro de readaptación para
capacitar y platicar directamente con las mujeres privadas de su libertad sobre
estos temas.
En
estas visitas les recordamos a estas mujeres que, incluso en sus circunstancias,
continúan siendo acreedoras a muchos derechos que deben de garantizárseles ahí dentro,
así como a otros muchos derechos que pueden seguir ejerciendo desde su estado
de reclusión; y que la herramienta más importante que existe para poder conocer
y exigir dichos derechos es justamente el derecho de acceso a la información.
Para
tal efecto, en una primera visita recabamos decenas de inquietudes y tradujimos,
todas aquellas que fueron posibles, en solicitudes de acceso a información
pública que ejercimos desde la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) a las
diversas autoridades, y en una segunda visita les entregamos las respuestas que
nos brindaron dichas autoridades sobre sus diversas inquietudes para que
pudieran empezar a ejercer sus derechos.
Detectamos
que existen muchas inquietudes y muchos problemas relacionados con el acceso a
sus propias carpetas de investigación y expedientes judiciales, es decir, que
existen muchas mujeres privadas de su libertad que no tienen acceso a su
expediente (algunas ni siquiera sabían su número de expediente) y, por tal motivo,
desconocen muchos detalles acerca de la acusación o delito que se les imputa o del
avance que tiene su proceso penal.
Otros
casos que nos comentaron tienen que ver con falta de representación legal
adecuada, pues algunas de ellas nos dijeron desconocer el nombre de su defensora
o defensor de oficio, pues dicen que solo le conocieron una vez y nunca más le
han vuelto a ver, incluso, algunas de ellas señalaron que su defensor les llegó
a exigir que se declararan culpables para poder irse “al procedimiento penal
abreviado”, y de esa forma se les dictara una sentencia rápida, a pesar de que
ellas les aseguraron que eran inocentes.
Vimos
algunos casos de mujeres que no tienen ningún familiar ni amistad en Jalisco,
que les pueda ayudar a revisar o recoger su expediente en el juzgado, lo que
las deja en indefensión, o mujeres sin apoyo para poder ejercer algunos otros derechos
que requieren su presencia, como el ejercicio de una demanda de alimentos en
contra del padre de sus hijas e hijos menores de edad, quien aprovechando la
privación de la libertad de la madre ha dejado de darles apoyo impunemente.
También
vimos que existen muchas mujeres sin sentencia, algunas con más de 10 años
privadas de su libertad, que posiblemente ya pudieran haber sido liberadas si solicitaran
la revisión de su medida cautelar de prisión preventiva oficiosa o justificada,
para sustituirla por otra menos restrictiva de su libertad, pero que no lo han hecho
ni solicitado por desconocimiento de este derecho.
En
conclusión, creemos que este ejercicio de socialización del derecho a la
información en mujeres privadas de su libertad está siendo un éxito que aún no
termina -pues faltan visitas- aunque ya empecemos a tener algunos resultados
tangibles como la habilitación de la PNT dentro del reclusorio, primer caso en
todo México, y que estamos seguros será el primero de muchos resultados más.
Finalmente,
es importante reconocer que este programa no hubiera sido posible sin la enorme
apertura y apoyo de las autoridades penitenciarias del Poder Ejecutivo de
Jalisco, el compromiso del personal del CESIP del ITEI y sin el valiosísimo
apoyo de las personas de las instituciones que nos han acompañado en estas
visitas: El Comité Promotor por una Maternidad Segura en Jalisco; el Centro
para el Desarrollo igualitario y los Derechos Humanos A.C.; la Universidad del
Valle de Atemajac (UNIVA); el Consejo de la Judicatura del Estado de Jalisco y al
Instituto Municipal de las Mujeres de Guadalajara.
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