¿Sirve controlar las rentas? 1
Por: Salvador Romero Espinosa (@chavaromero)
A todas las personas les gustaría vivir en la casa o penthouse de sus sueños; si fuera en una gran ciudad, por ejemplo: con excelente ubicación, amplios espacios, seguridad privada, estacionamiento suficiente, gimnasio, alberca, vecinos agradables y muchas amenidades, lo cual, por supuesto conllevaría el pago de un costo elevado, ya sea para comprarla o rentarla, imposible de pagar con los ingresos de la mayoría de las personas de nuestro país.
En virtud de lo anterior, la gran mayoría de las personas tienen que "conformarse" con vivir en casas o departamentos acordes con sus ingresos, posibilidades y necesidades, las cuales suelen conllevar algunas restricciones de espacio, largas distancias, falta de seguridad y otras diversas incomodidades que reducen la calidad de vida de las personas y les pueden generar diversas inconformidades.
Todos estos inconvenientes se agudizan entre más grandes son las ciudades, donde los elevados precios de las rentas habitacionales (arrendamientos) son un problema recurrente, que obliga a la gente a vivir en lugares accesibles a sus presupuestos, que suelen ser muy lejanos de su ideal, lo que les genera mayores molestias e inconformidades, a pesar de que nadie las obligue a vivir en grandes ciudades.
Cabe señalar que las rentas costosas obedecen a múltiples factores, como la referida alta demanda, pero también a otros que son producto de una mala gestión pública, tales como: el encarecimiento de los créditos hipotecarios, un transporte público deficiente, la inflación, la falta de programas de vivienda popular y la falta de una planeación urbana sostenible.
En México, por ejemplo, se le ha apostado en los últimos años a una desaceleración de la economía interna, producto de la elevada tasa de interés de referencia establecida por el Banco de México (actualmente en 10.75%), lo cual ha posibilitado la estabilidad de nuestra moneda (el peso) y controlado un poco la inflación, pero ha destruido la posibilidad de muchas familias mexicanas de comprar una casa o departamento propio a crédito.
En otras palabras, los elevados costos de las rentas en grandes ciudades como la Ciudad de México o Guadalajara, obedecen principalmente a políticas macro económicas que impiden que muchas personas estén en condiciones de comprarse una casa o departamento propio, lo que las obliga a rentar el lugar en el que viven, generando con ello un inevitable aumento en la demanda de dichos inmuebles habitacionales.
Es evidente que otro factor que contribuye a este problema es la mayor oferta de oportunidades laborales y de opciones para estudiar (universidades) que se ofrece en las grandes ciudades, lo cual genera inmigración temporal a dichas ciudades, y por consecuencia mayor demanda de espacios para rentar, lo que inevitablemente eleva el precio de los arrendamientos, dado que son personas que no están interesadas en comprar porque no planean estar muchos años en dichas ciudades.
Otro factor que también ha influido al aumento de las rentas en muchas ciudades del Mundo ha sido el “efecto AirBnb”, en donde los propietarios de bienes inmuebles habitacionales prefieren utilizarlos para ofrecer servicios de hospedaje de corto plazo, lo que les genera mayores ganancias y, por ende, mejores retornos para su inversión inmobiliaria, lo que trae como consecuencia una menor oferta de viviendas en renta.
Esos y otros factores combinados, generan el aumento de demanda y la reducción de la oferta, lo que produce inevitablemente un aumento en los precios de las rentas habitacionales, que tanta molestia causan en quienes pagan esos precios (y más en quienes no pueden pagarlos).
En ese contexto es que recientemente se han propuesto reformas legislativas en la Ciudad de México para controlar el precio de las rentas, estableciendo restricciones para las personas arrendadoras o caseras (propietarias de los inmuebles) para limitar los incrementos en los precios de la renta y para establecer una especie de registro público de contratos de arrendamiento para supervisar que no existan precios "abusivos" en el precio de las rentas.
Desgraciadamente, todos los intentos de los gobiernos para regular los precios de las rentas y, en general, para limitar o fijar por decreto gubernamental los precios de cualquier producto o servicio han fracasado una y otra vez, y aunque sean aplaudidos por muchas personas molestas por las rentas caras, a largo plazo, acaban siendo contraproducentes para la colectividad, en general, y hasta para los propios arrendatarios en lo particular, de lo cual les platicaré la semana que entra.
Es complicado tratar de controlar el precio de las rentas somos libres de tomar o no esos espacios!!
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